Durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial, específicamente el 22 de
junio de 1941, los nazis comenzaron la Operación
Barbarroja para invadir y controlar la U.R.S.S. Esta operación llegó a Leningrado,
la actual ciudad de San Petersburgo, en
septiembre de ese mismo año, donde se toparon con una resistencia feroz por
parte de los rusos que aguantaron 872 días bajo el asedio alemán y que duró
hasta que el ejército rojo, las fuerzas armadas oficiales de la Unión
Soviética, liberara esa región.
El asedio, comenzado en septiembre de 1941, cuando los alemanes rodearon la ciudad, dejó atrapadas ahí a 3 millones de personas, las cuales quedaron prácticamente incomunicadas del resto de Rusia, puesto que los nazis bloquearon las vías de comunicación. Lo primero en caer fueron las líneas ferroviarias y luego fue el turno de la carretera y del acceso al río Neva. Los soldados alemanes no estaban allí para matar si no para asegurarse de que la población muriera por falta de comida y recursos esenciales. Se cree que la falta de comida llevó a la muerte de más de un millón de habitantes; fue tanta la desesperación que algunos residentes, incluso, recurrieron al canibalismo. Pero, a pesar de todas las muertes, ¿Cómo sobrevivieron tantas personas, más de dos años en un frío extremo y con muy poca comida? Según un científico ruso, los sobrevivientes al asedio de Leningrado podrían haber tenido una mutación genética que ralentizó su metabolismo ayudándoles a sobrevivir a la hambruna extrema.
Investigadores, liderados por Oleg Glotov, del “Ott Research Institute of Obstetrics and Gynecology” de San Petersburgo, realizaron pruebas a poco más de 200 sobrevivientes al sitio de Leningrado para analizar sus genes. En estas se evidencia que buena parte de los supervivientes tenían variantes de genes relacionadas directamente con el metabolismo y el ahorro de energía. Más específicamente, fue casi un tercio de ellos, los que tenían variantes en los mismos tres genes relacionados con el metabolismo: UCP3 (uncoupling protein 3), PPARA (peroxisom proliferator-activated receptor A) y PPARD (peroxisom proliferator-activated receptor D).
Los residentes de Leningrado vivieron una falta de comida sin precedentes y un estricto sistema de dieta, que fue necesariamente implantado en la ciudad. Esta “dieta” los ayudó a racionar la comida y poder aguantar tanto tiempo, pero limitaba, en ocasiones, el consumo diario de comida a 125 gramos de pan, lo que aporta, según la OMS, unas 325 kilocalorías aproximadamente; esto es muchísimo menor de lo que cualquiera debería consumir, pues lo recomendado para un adulto va desde 1.500 a 2.000 kilocalorías diarias, lo que aumenta al estar sometidos bajo un frío extremo constante, realidad diaria a lo largo de la mayor parte de Rusia y que en Leningrado alcanzaba los -30 °C fácilmente durante los fríos inviernos. Además hay que tener en cuenta que uno de los dos inviernos que pasaron bajo asedio fue registrado como el más frío de la historia. Mientras el total de muertos sigue sin estar claro, las estimaciones de víctimas del bloqueo más mortífero en la historia de las guerras, varían, con algunas que indican que fueron hasta 1,5 millones de ciudadanos.
Glotov cree que los hallazgos pueden ser beneficiosos para el desarrollo de nuevas formas de combatir la obesidad y otras enfermedades alimenticias relacionadas con el metabolismo.
Luego de que al ser publicado el estudio, se hiciera tan famoso y divulgado en varios sitios de carácter científico, ya ha recibido críticas del campo. El genetista Stephen O'Brien comentó que los estudios realizados son fantásticos, pero debido a los bajos números de sobrevivientes hacen que los resultados sean difíciles de interpretar. Este dijo que las diferencias entre los genes no son del todo consistentes, más bien son sugerentes y podrían significar otra cosa.
Glotov, que sabe esto, espera poder continuar investigando el tema y ha llamado a que otros sobrevivientes acudan a ellos para realizarles las pruebas respectivas y lograr resultados, esta vez, más consistentes y concluyentes, que confirmen más fehacientemente su hipótesis y las características de este fenómeno.
El asedio, comenzado en septiembre de 1941, cuando los alemanes rodearon la ciudad, dejó atrapadas ahí a 3 millones de personas, las cuales quedaron prácticamente incomunicadas del resto de Rusia, puesto que los nazis bloquearon las vías de comunicación. Lo primero en caer fueron las líneas ferroviarias y luego fue el turno de la carretera y del acceso al río Neva. Los soldados alemanes no estaban allí para matar si no para asegurarse de que la población muriera por falta de comida y recursos esenciales. Se cree que la falta de comida llevó a la muerte de más de un millón de habitantes; fue tanta la desesperación que algunos residentes, incluso, recurrieron al canibalismo. Pero, a pesar de todas las muertes, ¿Cómo sobrevivieron tantas personas, más de dos años en un frío extremo y con muy poca comida? Según un científico ruso, los sobrevivientes al asedio de Leningrado podrían haber tenido una mutación genética que ralentizó su metabolismo ayudándoles a sobrevivir a la hambruna extrema.
Investigadores, liderados por Oleg Glotov, del “Ott Research Institute of Obstetrics and Gynecology” de San Petersburgo, realizaron pruebas a poco más de 200 sobrevivientes al sitio de Leningrado para analizar sus genes. En estas se evidencia que buena parte de los supervivientes tenían variantes de genes relacionadas directamente con el metabolismo y el ahorro de energía. Más específicamente, fue casi un tercio de ellos, los que tenían variantes en los mismos tres genes relacionados con el metabolismo: UCP3 (uncoupling protein 3), PPARA (peroxisom proliferator-activated receptor A) y PPARD (peroxisom proliferator-activated receptor D).
Los residentes de Leningrado vivieron una falta de comida sin precedentes y un estricto sistema de dieta, que fue necesariamente implantado en la ciudad. Esta “dieta” los ayudó a racionar la comida y poder aguantar tanto tiempo, pero limitaba, en ocasiones, el consumo diario de comida a 125 gramos de pan, lo que aporta, según la OMS, unas 325 kilocalorías aproximadamente; esto es muchísimo menor de lo que cualquiera debería consumir, pues lo recomendado para un adulto va desde 1.500 a 2.000 kilocalorías diarias, lo que aumenta al estar sometidos bajo un frío extremo constante, realidad diaria a lo largo de la mayor parte de Rusia y que en Leningrado alcanzaba los -30 °C fácilmente durante los fríos inviernos. Además hay que tener en cuenta que uno de los dos inviernos que pasaron bajo asedio fue registrado como el más frío de la historia. Mientras el total de muertos sigue sin estar claro, las estimaciones de víctimas del bloqueo más mortífero en la historia de las guerras, varían, con algunas que indican que fueron hasta 1,5 millones de ciudadanos.
Glotov cree que los hallazgos pueden ser beneficiosos para el desarrollo de nuevas formas de combatir la obesidad y otras enfermedades alimenticias relacionadas con el metabolismo.
Luego de que al ser publicado el estudio, se hiciera tan famoso y divulgado en varios sitios de carácter científico, ya ha recibido críticas del campo. El genetista Stephen O'Brien comentó que los estudios realizados son fantásticos, pero debido a los bajos números de sobrevivientes hacen que los resultados sean difíciles de interpretar. Este dijo que las diferencias entre los genes no son del todo consistentes, más bien son sugerentes y podrían significar otra cosa.
Glotov, que sabe esto, espera poder continuar investigando el tema y ha llamado a que otros sobrevivientes acudan a ellos para realizarles las pruebas respectivas y lograr resultados, esta vez, más consistentes y concluyentes, que confirmen más fehacientemente su hipótesis y las características de este fenómeno.
Fabrizzio Ugarte
Sebastián Zagal
Fuentes:
Russia Beyond the Headlines, http://es.rbth.com/cultura/2015/06/30/la_mutacion_genetica_de_los_supervivientes_al_bloqueo_de_leningrado_50605.html
Rusia Today,
Rusia Today,
Rusia Today,
Rusia Today,
Health Mail,
Science News,
http://news.sciencemag.org/biology/2015/06/did-good-genes-help-people-outlast-brutal-leningrad-siege
Historia Bélica,
Simplemente impresionante y chocante la forma en la que tuvieron que vivir estas personas en una guerra que destruyó familias y ciudades enteras por todo el mundo, bien redactado, me gustó mucho el tema y la forma científica de explicar ciertos hechos como la nutrición que le da al texto más credibilidad y una sensación profesional, muy bien logrado.
ResponderEliminarMe parece muy interesante la forma en la que estas personas pudieron sobrevivir en tales condiciones, tanto de frío y con muy pocos recursos, y cómo se pudieron adaptar genéticamente a esta situación. Además, el texto está bien redactado y el hecho de que no se utilice un lenguaje tan profesional ayuda mucho a la comprensión de este.
ResponderEliminar-Néstor Ortiz Palomera
Encontré increíble como las personas se pueden adherir a condiciones inhumanas, lo impresionante que es la capacidad del ser humano para poder sobrevivir en esas circunstancias, también que todos estos acontecimientos y descubrimientos científicos se originaron por las diferencias culturales e idealistas de estos países lo que llevó a guerras y otros enfrentamientos. Muy atractivo el tema y nos deja mucho que pensar sobre las capacidades de los humanos y lo complejo que es la genética.
ResponderEliminarSebastián Silva.
Además de que sea impresionante la forma en que las personas pudieron adaptarse a esa forma de vivir, también es muy interesante lo que pudo ocurrir en la misma genética de las personas, debido a que demuestra que como humanos podemos evolucionar frente al ambiente, y también ayuda a reafirmar unas de las grandes teorías de la evolución, la de darwin, siendo esta muy rebatida por falta de casos.
ResponderEliminarAdolfo Hubner
Muy interesante el tema sobre la capacidad del humano a adaptarse a diferentes ambientes encuentro horrible la obligación de algunos hombres a defender a su país poniéndose a si mismo en peligro por meses o incluso años. Se sabe poco de esto ya que toda la atención de la Segunda Guerra Mundial estuvo enfocada a los nazis. En conclusión muy bien logrado el objetivo del texto
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